Está situado en la planta superior del alojamiento. El primer espacio que vemos al entrar es el salón con cocina americana, espacioso y cómodo. El detalle que más llamará nuestra atención en este salón es la presencia de las grandes vigas de roble originales de esta antigua casa que, junto al renovado interior de su bajocubierta, también de madera y a las paredes de piedra, crean ese encantador ambiente rústico y con sabor a campo. En el centro del salón hay una ventana balconera desde la que se pueden ver los centenarios robles cercanos, el prado y las vacas que pastan en él durante todo el día.

La habitación doble es amplia y acogedora, moderna y gracias a las centenarias vigas de roble que la cruzan y a su pared de piedra, mantiene ese inconfundible sabor rústico que caracteriza a este apartamento. A su lado se encuentra el baño de uso común, moderno, práctico y bien equipado con mobiliario de alta calidad y una cabina de ducha desde la que podremos disfrutar al mismo tiempo del agua y del paisaje.

La habitación de matrimonio es también espaciosa y muy confortable. También podremos admirar en ella el trabajo realizado en la madera de su techo, así como la solidez de sus nobles paredes de piedra. Frente a la cama se encuentra la ventana con vistas del jardín, la piscina, las zonas verdes y las montañas que nos rodean. El baño de esta habitación es de diseño actual pero con elegantes “toques” rústicos que ayudan a crear un ambiente cálido y relajante, casi tanto como una ducha en su amplia cabina.